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Suspensión de Consulta Antitaurina: Una Estocada a la Democracia


Tras el extenso proceso jurídico y administrativo que implicó cumplir a cabalidad con cada uno de los pasos y trámites establecidos en la ley, para dar vía libre a este mecanismo de participación popular; el Consejo de Estado, tras una tutelatón realizada por quienes se lucran de la tortura animal en las plazas, suspendió el proceso.


Desde que la Administración Distrital acogió la propuesta proveniente de diferentes colectivos animalistas, pasando por la aprobación en el Concejo Distrital (de 29 votos a 6), - y aprovecho para agradecer de corazón a las los concejales que votaron a favor de la VIDA,- este mecanismo de democracia participativa, se entendió como un hecho, tras la aprobación de constitucionalidad otorgada por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca.



Si bien, el Registrador Nacional, reconocido aficionado a la tauromaquia, planteó toda clase de obstáculos, para la realización de la misma, para el día de las elecciones ordinarias del 25 de octubre, presentando cifras de costos exagerados y con duplicidad; la pregunta: ¿Está usted de acuerdo, Si_, o, No_; con la realización de corridas de toros y novilladas en Bogotá D.C.?, iba a poder ser respondida por los ciudadanos, aclarando de una vez por todas si aún existe arraigo cultural mayoritario.



De comprobarse que este arraigo mayoritario no existe, el gobierno de la ciudad, estaría obligado, en su función de policía, a no otorgar los permisos para la realización de estos espectáculos. Lo anterior, dado lo expresado en la Sentencia C-666 de 2010 de la Corte Constitucional.


Sin embargo, tras las tutelas interpuestas por los taurinos, la sección quinta del Consejo de Estado, desconoció anteriores pronunciamientos jurisprudenciales en que queda claro que esas personas no son minorías y por el contrario, son un grupo poderoso. El Consejo de Estado amparó en teoría, el “derecho” de una supuesta minoría a ir a las plazas a ver torturar animales, esto, en contraposición, al derecho de una mayoría a vivir en una sociedad más civilizada y pacífica, al derecho de no sentir vergüenza e indignación de vivir en uno de los 8 países del mundo que aún permite este circo romano, espectáculo cruel y sangriento, violento y que proyecta violencia.


El Consejo de Estado ha fallado a favor del pasado inconsciente. De un pasado deshonroso, de un pasado de insensibilidad. Sin embargo, sólo pone un obstáculo para lo inevitable.


Lo que es una mala noticia en este momento, puede transformarse en una "muy buena" noticia al mediano plazo, si todos y todas nos activamos. Un fallo de esta naturaleza, que implique el bloqueo a la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, tendrá su proceso de impugnación. Y la búsqueda del regreso de las Corridas a Bogotá provocará su fin en toda Colombia, porque la sociedad moral, no admite retrocesos.


Viene una siguiente fase de la estrategia por la abolición de la crueldad. La lanzaremos públicamente en la Marcha de Indignación por la Estocada a la Democracia del 18 de octubre del año en curso. Porque toda esa fuerza, toda esa intención, toda esa voluntad, todo ese deseo de paz, todo ese amor en definitiva, acabará en la inevitable abolición de las corridas de toros en toda Colombia, no cesa la oportunidad de conseguirlo.



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